II-II) Un Parque en Palermo.
Sobre
los inicios del Parque nos ilustra una recopilación de fotografías
y textos hecha por Editorial Eudeba en donde una imagen del Puente y del Lago
del Paseo del Rosedal es acompañada por el siguiente texto:
BOSQUES DE PALERMO
La creación del Parque e instituto zoológico y botánico
de Palermo, que ambas cosas comprendía el plan de Sarmiento, iba a dotar
asimismo a la ciudad con los primeros jardines paisajistas igualmente ideados
aquí por él. No dejó de aprovechar la cosa para lección
de civismo, abriendo aquél paseo en la antigua posesión de Rosas,
el representante del atraso colonial, y denominándolo con la data de
Caseros. Quería que el famoso Palermo de San Benito, residencia del tirano,
y por ello temible u odiosa para tantos argentinos, redimiera su mala fama,
ofreciendo a todos el recreo gratuito de las bellas arboledas...
Cuando se aprecia ahora el cariño popular hacia este paseo, que según
la previsión de Sarmiento es "el favorito de Buenos Aires", cuesta concebir
el disfavor unánime con que la ciudad acogió su idea, las injurias
y sarcasmos que por ello le suscitó. La distancia y los malos caminos
eran los dos grandes argumentos. Nadie sino él concebía entonces
la grandeza futura de Buenos Aires; nadie apreciaba su profundo argumento de
que el Paseo transformaría los malos caminos en vías magníficas:
las actuales calles Las Heras y Santa Fe. Dirigió personalmente los trabajos.
Allá, por entre los matorrales y los pantanos, iba a caballo con su sombrero
de paja, a trabajar por la belleza y la salud, mientras la ciudad, con significativa
rebelión de niño, lloraba su cara sucia.
LEOPOLDO
LUGONES